Este debate esta organizado por los alumnos del plantel 27 del segundo semestre grupo C Edward Giovanni Garcia Dionicio,Jasmin Hernandez Contreras,Juan Pablo Isidro Jiménez,Alejandra del Carmen Garcia Hernandez,Larissa Viridiana García Cerino

 

la batalla de kursk, el gran choque de blindados de la segunda guerra mundial

Tras la derrota en Stalingrado, Kursk fue el último gran intento del ejército alemán para recuperar la iniciativa en el frente oriental. Considerada como una de las batallas de blindados más grandes e importantes de la historia, la Batalla de Kursk supuso el final para una Alemania nazi cuyo plan para apoderarse de la Unión Soviética se vio frenado por la invasión de Sicilia por parte de los aliados.
inco de julio de 1943. Las 5:30 h. de la madrugada era la hora marcada para que diese inicio la Operación CiudadelaLos tanques alemanes considerados de última generación, como los Panther y los Tiger, estaban a punto de entrar en combate, junto con los habituales Panzer III y IV, contra los temibles T-34 soviéticos. A esta enorme congregación de blindados se unieron además las fuerzas de la Luftwaffe, la fuerza aérea alemana, con cazas Messerschmitt, bombarderos Stuka y los novedosos Henschel HS 129. Pero lo que no esperaban los alemanes es que unas horas antes, los soviéticos les sorprendieran con fuego de artillería gracias a la información proporcionada por Lucy, un espía que los rusos habían infiltrado en campo alemán, y así conocieran de antemano los planes del mando supremo del ejército de tierra alemán.

CAOS INICIAL

Adolf Hitler tenía en mente provocar un enfrentamiento decisivo y que fuera capaz de inclinar la balanza definitivamente de su lado. Tras el desastre que supuso para Alemania la batalla de StalingradoHitler pretendía que en Kursk (un saliente de 160 kilómetros cuyo epicentro se hallaba en la ciudad de Kursk, situada a unos 640 kilómetros al sur de Moscú) su ejército pudiera conquistar definitivamente el frente oriental en pocas semanas. Pero tras el inesperado recibimiento de la artillería soviética, el plan inicial se vio alterado lo que acabó provocando un enorme caos organizativo y un gran número de bajas en las filas alemanas. A pesar de las contrariedades, el operativo siguió en marcha. La Operación Ciudadela se estaba librando en un escenario relativamente pequeño, aunque abarrotado tanto de medios humanos como materiales, lo que obligó a los contendientes a desarrollar un nuevo tipo de combate sin tregua que primaba el desgaste del enemigo. Con el paso de los días, este tipo de lucha se revelaría agotadora ya que llevaba a los soldados al límite para lograr ganar los pocos metros que les dejaba el rival.

En Kursk, la ventaja numérica de los soviéticos respecto a los alemanes era de dos y medio a uno, aunque el nivel organizativo de ambos contendientes era muy similar. Pero la estrategia de desgaste empleada por los soviéticos era la única a la que el ejército alemán no estaba acostumbrado y por ese motivo fiaría el éxito de la operación al poder de sus blindados. Aunque estos eran inferiores en número a los soviéticos, los blindados alemanes suponían un hueso duro de roer para el Ejército Rojo. A los Panzer, los Tiger y los Panther se unieron los Elefant, unos monstruosos panzerjäger (cazacarros) a los que no se consideraba carros de combate puesto que no disponían de torreta. Por su parte, el Ejército Rojo contó con un millón y medio de efectivos, tanques pesados KV-1, cañones de asalto autopropulsados y un gran número de blindados ligeros capaces de soportar la potencia de fuego alemán. Pero a pesar de la superioridad numérica, uno de los más famosos blindados del ejercito soviético, el T-34, era incapaz de traspasar el blindaje de los carros alemanes a larga distancia, mientras que el cañón de 88 milímetros del Tiger alemán no tenía rival en campo abierto.

para hacerles corta la batalla fue una catástrofe de parte de los alemanes ya que carecían de recurso y perdieron la batalla


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